jueves, 10 de julio de 2014

Un paso atrás



Es triste. Llorar a solas, por algo que pudo ser y no fue, algo que tu decidiste, un camino por el que decidí caminar, y ahora, ver al resto por el otro camino, me hace sentir triste, sola y decepcionada conmigo misma.

Tomar un camino largo, que tiene sus pro y sus contras, un camino que nadie más que tu y pocas personas más comparten y apoyan, pero al que muchas otras personas se oponen y critican. Un camino que rompe mis sueños, o mejor dicho, los atrasa, un año más. Un año más en el que todo puede cambiar, ser de otra manera a la que había soñado, mejor o peor, nadie lo sabe.

Pero será un camino largo, duro y llevadero. Un camino que tendré que ganarme a pulso, un camino que recorrer, tropezar y levantarme, no rendirme a la primera de cambio. Un camino diferente al acostumbrado… ¿Qué me deparará ese camino? No lo sé. Pero estoy asustada. Asustada de que acabe siendo lo que todos predicen, acabar rindiéndome y no terminarlo, porque aunque es un camino largo y repetitivo, significa un camino hacia mi meta. Un camino que me desespera, y que antes de empezarlo ya tengo ganas de acabarlo.

Porque como he dicho antes, es triste. Ver como mi gente sigue otro camino diferente al mío, y yo me quedo atrás, llorando cada vez que veo una buena noticia que pudo ser la mía y no es. Arrepintiéndome y no a la vez por tomar esa decisión, dándome a mi misma razones para seguir adelante y pensar el lado bueno de mi decisión. Porque es pensarlo, y entristecerme, como una droga, que por mucho que luche contra ella, caigo una y otra vez, no puedo dejar de lamentarme y pensar que todos tuvieron razón, y que cometí un error. Porque ahora mismo estaría accediendo a mi sueño, a una de mis grandes aspiraciones, y sin embargo, estoy aquí, mirando como otros lo consiguen y yo me hundo con ello. No es por no quererlos ver felices, simplemente, es duro no poder sentir ese sentimiento.



martes, 20 de mayo de 2014

#05.Ir a un concierto de Melendi

21 de julio de 2013.
Resumido en una palabra: INCREIBLE

Después de media vida siguiéndolo, escuchándolo, defendiéndolo, apoyándolo, estando ahí en cada triunfo y fracaso, siendo su mayor fan... Después de 10 años admirándolo, tuve la oportunidad de vivir una gran experiencia, VERLO. 

Si, mala fan, por no haberlo visto antes, ¿no? JÁ. A ver como vas a un concierto de él viviendo en una isla, siendo menor de edad, y no teniendo los medios para verlo.
Pero todo eso al fin y al cabo, tanta espera, mereció la pena. ¿Cómo lo conseguí? Está claro, tomé la primera oportunidad. Aquí va la historia.

Yo, como gran fan, cada vez que escucho sobre una gira de Melendi por España lo que hago es mirar su Web, mirar a dónde va y mis posibilidades de ir a verlo. Claro que siempre coincidía que iba sólo a la península, incluso a veces hasta maldecía vivir en esta pequeña isla. Pero por fortuna, sobre mediado de mayo, de pura casualidad llegó a mis oídos una noticia sobre Melendi: iba a estar dando un concierto en mi isla vecina, ¡Fuerteventura! Y no sólo era un simple concierto, era una gran ocasión, "La Carpa de Fuerteventura", situada en una preciosa playa con preciosas vistas y buen clima, en la que se dedicaban durante un par de días o unas semanas (no lo tengo muy claro) a hacer competiciones de windsurf, surf, y todo tipo de modalidades de deportes de agua. Vamos, un bombazo. ¡Qué más podía pedir! El caso es, que como buena adolescente que soy, rogué y lloré a mi madre sobre esta gran oportunidad que me daba la vida, ver a Melendi en mi isla favorita, y vivir una experiencia que toda adolescente debe vivir como mínimo una vez en su vida.

La suerte de todo esto es que mi querida madrina, a la cual admiro demasiado, vive en Fuerteventura, así que si iba a Fuerteventura solo tenía que preocuparme por pagar el viaje, el concierto y la comida. Además, el hecho de irme a esta isla vecina me encanta, es tan perfecto todo, es como un sueño de verano. Playa, sol, buen ambiente, buena gente... Pura perfección. 

Ahora es cuando vino el inconveniente. Mi madre, a la cual lloré y volví loca por semanas, no me dejaba ir. Primero decía que no tenía dinero, que no podía irme yo sola, que ya habrían otras oportunidades... Bla Bla Bla. Imagínense, la tristeza y furia que me dio todo esto. Primero me dio ilusiones, la típica frase de madre "Ya veremos" que siempre acaba siendo: "Claro que si hija". Fue con un "No" cuando mi mundo se vino abajo. 

Demasiado perfecto para ser verdad, así es mi vida. Incluso una persona, que hoy en día es innombrable en mi vida, me ofreció la oportunidad de ir con ella y verlo juntas, y yo tan ingenua accedí por completo, pero claro, al igual que como otro innombrable de mi vida me hacía, promete y nunca cumple. 


En resumen, mis posibilidades para ir pasaron de ser un 100% a 0%. Creo que nunca lo había pasado tan mal, con tanto sube y baja, tanta emoción contenida y tantas lagrimas de impotencia.
Pasaron los días y me fui haciendo a la idea de que no podía ser. A modo de desacuerdo y cabreo, me pasaba horas y horas escuchando a Melendi, a cada paso que daba. En ese entonces, decidí hacer mis planes para esos días que querría haber estado en Fuerteventura, por lo que planee irme a la playa con mi novio, mi padre y su pareja. Con todas esas ideas de pasar una buena tarde al lado de mi pareja, medio-olvidé el concierto, y me centré en disfrutar en lo seguro, lo que tenía a mi lado. Y cuando ya estaba ilusionada… PUM! Notición. 

Una noche, mi madre me llamó a su habitación, y junto a su pareja se puso a comentarme que la hermana de su pareja compró las entradas del concierto, y que iban a ir. Y yo, como buena hija, aún odiando al máximo a mi madre y a la hermana de su pareja, les desee buen viaje y les dije que sacaran muchas fotos para yo poder verlas. Pero, justo cuando me disponía a salir de su habitación para continuar mi charla virtual con mi novio, me llamó de nuevo a su habitación. ¿Y cuál es mi sorpresa? Tenían las entradas de la carpa en sus manos. En ese momento fue un shock, y ¿sabéis lo más triste de todo? Que en vez de gritar de emoción, mi primera palabra fue: “Y ahora Dani? (mi novio del momento), había hecho planes con él y con papá…” Sí amigos, una completa fracasada, jajaja. Lo peor fue la reacción de mi madre, que por poco me mata con la mirada. Pero bueno, pasado el shock y hecha a la idea de lo que suponía, mi sonrisa era imborrable. 




El día del viaje, el trayecto a la casa de mi madrina, el reencuentro, fue todo perfecto. La convivencia y los días tan buenos que pasamos fue aún mejor. Nos levantábamos temprano, íbamos a la playa y volvíamos por la tarde. Además, entablé “amistad” con unas chicas de la zona, así que salimos por la noche, aunque para entonces era demasiado tímida como para disfrutar. Y lo mejor, el concierto. Ese día, pf, era increíble, no me hacía a la idea de que iba a ver a Melendi, escucharlo en directo y poder disfrutar de él, eso sí, en compañía de mi madre, pero que mas da, ¡ES MELENDI! 

Como buena fan, inmortalicé cada proceso de ese día, cómo me veía, cómo se veía la carpa desde metros más atrás, cómo era la carpa por dentro, cuánta gente había minutos antes de que saliera Melendi al escenario. Grabé su entrada, sus discursos, sus conciertos, el solo de guitarra de uno de los músicos, grabé la emoción de la gente ante una gran canción suya, TODO. Y, como no, me saqué fotos a mi misma ahí dentro, para que se hiciera notar ¡QUE YO ESTUVE AHÍ! 



Sinceramente, no hay palabras para describir cómo es estar ahí, hay que vivirlo para saberlo. Es tan perfecto, una gran persona, un gran cantante, lo tiene todo. Ante todo, es humano, una persona con los pies en la tierra, que comenta con total libertad lo que piensa, como es el caso de la violencia y abusos a menores, que plasma a través de su canción “La tortura de Lyss”; o su malestar ante los políticos y gobernantes. También sobre las mujeres, tan grandes ellas, con su canción “Auto fotos”. En resumen, perfección absoluta.
Con esta experiencia descubrí y me quedó más que claro que estos 10 años siendo su más completa fan no ha sido en vano. 
Tal y como yo tengo esta devoción por Melendi, otros la tendrán por otros grandes artistas, pero el sentimiento que describo es general, escuchar mil y una vez las canciones de ese grupo/artista, sin cansarte, cantándolas, dejándote la voz, bailando como la más loca, sintiéndote viva, inspirada y especial, sintiendo por un momento que vale la pena no sólo vivir, sino también luchar por todo lo que quieres en la vida.



PD: les adjunto un enlace de facebook para el que quiera ver videos. Disfruten!

https://www.facebook.com/elena.ruizviera.9/media_set?set=vb.100004087260909&type=2


domingo, 6 de abril de 2014

Comenzando a vivir

Pues sí, que llevo años con este blog, escribiendo cada una de las emociones que he vivido en diversas épocas de mi vida, prometiéndome algo mejor en un futuro, soñando con cosas que pensaba que no cumpliría nunca. Pero hasta aquí he llegado. 
A un par de horas de convertirme en una mayor de edad, he decidido finalmente dar el paso en mi vida y arriesgarme a nuevas experiencias, a nuevas sensaciones. Ya es hora de vivir la vida como una adolescente y no como una anciana retirada. 
Pero desde un punto más realista quizás, nada de soñar con viajes futuros o cosas caras. No. Tengo en cuenta mi situación económica y social, por ello he decidido proponerme retos semanales, diarios, según el tiempo que disponga para ellos. Por ello, a partir de ahora, abro una nueva sección en mi vida, la de sueños posibles y la de sueños cumplidos. Pequeños detalles en la vida que me hacen sentir viva, integrada en este mundo. 

Aunque realmente, ¿lo conseguiré? No lo sé! Voy a comprobar mi capacidad para cumplir promesas, ver hasta donde puedo llegar con este cambio de mentalidad, y realmente apreciaría si el que leyera este texto se involucrara. No pido mucho, sólo que me den retos, pero retos realistas, eh. 
Aunque probablemente nadie lo hará, ¿no? Mi blog es demasiado pésimo como para que alguien pueda seguirlo, jajaja. Pero puedo empezar proponiéndome ese reto, hacer que la gente se involucre, haciendo que la gente haga lo que planteo hacer, vivir la vida. 
Que tengo 18 años, y a estas alturas de mi vida, chicas de 14 años habrán vivido más que yo jajaja 

Por ello, dedicaré este blog a comentar una nueva experiencia vivida, que intentaré que sea diaria o semanal, como mínimo. Si puedo, subiré fotos o vídeos, si merece la pena ser visto. 

Y con esto acabo, mi pensamiento del día ha sido publicado. Un saludo.


viernes, 21 de marzo de 2014

SOLA



Sentimiento general. Todos nos sentimos solos en algún momento de nuestras vidas, y ese momento llego a mi vida.

No digo que esté sola por completo, sé que no es así. Gracias a dios tengo unos buenos amigos y familiares que me quieren, pero me siento vacía. Siento que estoy sola puesto que a la hora de la verdad, cuando estoy verdaderamente mal, sé que no hay nadie para mí, que soy una molestia para los demás.

Siento que mis problemas no son nada en relación con los de otras personas, y es verdad. Pero aun así, hay momentos en los que simplemente quiero llorar, sacarlo todo fuera, aclarar lo que siento a las personas con las que estoy mal.

Siento que soy una cobarde, que no tengo valor para hablar las cosas a la cara. Y quizás sea cierto. Siento que si le digo lo que siento a alguien pueden darse dos situaciones: lo toma a broma, o le hace daño, y soy demasiado orgullosa para que se rían de mi, y demasiado sensible como para sentirme culpable por no hacer lo correcto. Soy tan insegura que ni yo me lo creo.

A la hora de la verdad huyo. He dejado tantos temas pendientes, incluso muchos que ya no puedo resolver. He perdido a tanta gente en estos últimos meses, que me hacen sentirme una mierda por dentro.
Pero, como suelen decir, quizás el problema no sea el mundo, sino que el problema eres tú. Eso será. Habré cambiado, demasiado, y para mal.

Me he vuelto vulnerable, solitaria y orgullosa.
Amo estar en compañía, sentirme parte de un grupo, sentirme querida y necesitada, pero quizás cuando recibo menos atención de lo acostumbrado comienzo a hacerme ideas en la cabeza: “¿se habrá aburrido de mí?” “¿Habré hecho algo?” “¿Se ha dado cuenta que no le importo una mierda, o simplemente nunca le importé para nada?”.
Después de eso empiezo a asimilar dichas ideas, sin descubrir si son ciertas o no, y me alejo de la gente.
Pienso: “si no le agrada hablarme, no voy a obligarle”. Me alejo, y alejo a la gente.

Y al final del día, como cada día, me siento sola y triste, pensando en la mierda de día que he tenido, en lo poco que lo he aprovechado, lo poco que la gente ha necesitado de mi, lo poco que se han acordado de mí, y me siento sola. Sola y triste. Pero ya no hay nada que pueda hacer más que aceptar que cada vez me encontraré más sola. 




lunes, 3 de marzo de 2014

Mala conciencia

Hay épocas buenas en la vida, pero también las hay malas. 

Sé que he hablado sobre muchas etapas de mi vida, al fin y al cabo llevo aquí demasiado tiempo aburriendo a los que me visitan con historias tontas de mi vida. 
Me he visto madurar a lo largo de todos estos años, pero pese a todo lo que he pasado, lo que me ha sucedido y lo que he vivido en esta vida, siento como si estuviera retrocediendo. Cuando creo que todo me va perfecto, sucede algo que me derrumba de nuevo.

Hace un par de semanas, concretamente la madrugada del 15 de febrero de este mismo año, una gran persona de mi vida me dijo adiós y se dirigió a una vida plena y larga. Desde aquí la seguiré recordando por lo que fue, por lo que viví con ella y lo que seguirá siendo en mi mente y mi corazón. 

Siento tantos remordimientos de conciencia por no haber dado por ella el 100% de mí que merecía. Fui tan mala nieta, por no visitarla cada vez que tuve tiempo, por no llamarla tanto como debería haberlo hecho, por no pasar más tiempo con ella que con una amiga.

Y ahora que no estás se que hice mal y que es muy tarde para lamentaciones.  La misma noche que te fuiste, yo había estado con un chico, pasando el rato aun sabiendo que no servía de nada, que no estaba en el lugar correcto. Debería haberme ido de ahí cuando me di cuenta, debería haber estado a tu lado en tus últimos respiros.

Cuando me dieron la noticia de tu muerte, simplemente lo tomé a broma, me quedé en shock, escuché música, hablé con un amigo y me fui a la cama rendida.  Lo peor de todo es que aún hoy siento que todo fue un sueño, que mi abuela sigue viva, y que cuando haya una reunión familiar ella estará ahí, enferma pero feliz de vernos a todos reunidos.

Lo siento tanto abuela, no merezco ni  un solo lamento, no soy nadie para llorar por ti, porque siento que cada vez que lo hago es como una lágrima de cocodrilo, como excusa por lo mal que obré.

Y si hay algo que lamento más que nadie y me hace sentir tan culpable, es haber seguido mi vida como si nada hubiera pasado, reírme y disfrutar de la vida, sin tener en cuenta lo que ha pasado dentro de la mía. 

Eres un ángel abuela, eres esa rosa amarilla que guardo con tanto cariño, eres ese olor que nunca se irá de mi vida. Eres alguien irremplazable, ahora y siempre.

Y aunque sé que ya es tarde, quiero que sepas que te quiero. Te quiero tanto que no puedo hacerme a la idea que ya no formas parte de este mundo. Te debo tanto.