jueves, 10 de julio de 2014

Un paso atrás



Es triste. Llorar a solas, por algo que pudo ser y no fue, algo que tu decidiste, un camino por el que decidí caminar, y ahora, ver al resto por el otro camino, me hace sentir triste, sola y decepcionada conmigo misma.

Tomar un camino largo, que tiene sus pro y sus contras, un camino que nadie más que tu y pocas personas más comparten y apoyan, pero al que muchas otras personas se oponen y critican. Un camino que rompe mis sueños, o mejor dicho, los atrasa, un año más. Un año más en el que todo puede cambiar, ser de otra manera a la que había soñado, mejor o peor, nadie lo sabe.

Pero será un camino largo, duro y llevadero. Un camino que tendré que ganarme a pulso, un camino que recorrer, tropezar y levantarme, no rendirme a la primera de cambio. Un camino diferente al acostumbrado… ¿Qué me deparará ese camino? No lo sé. Pero estoy asustada. Asustada de que acabe siendo lo que todos predicen, acabar rindiéndome y no terminarlo, porque aunque es un camino largo y repetitivo, significa un camino hacia mi meta. Un camino que me desespera, y que antes de empezarlo ya tengo ganas de acabarlo.

Porque como he dicho antes, es triste. Ver como mi gente sigue otro camino diferente al mío, y yo me quedo atrás, llorando cada vez que veo una buena noticia que pudo ser la mía y no es. Arrepintiéndome y no a la vez por tomar esa decisión, dándome a mi misma razones para seguir adelante y pensar el lado bueno de mi decisión. Porque es pensarlo, y entristecerme, como una droga, que por mucho que luche contra ella, caigo una y otra vez, no puedo dejar de lamentarme y pensar que todos tuvieron razón, y que cometí un error. Porque ahora mismo estaría accediendo a mi sueño, a una de mis grandes aspiraciones, y sin embargo, estoy aquí, mirando como otros lo consiguen y yo me hundo con ello. No es por no quererlos ver felices, simplemente, es duro no poder sentir ese sentimiento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario