21 de julio de 2013.
Resumido en una palabra: INCREIBLE
Después de media vida siguiéndolo, escuchándolo, defendiéndolo, apoyándolo,
estando ahí en cada triunfo y fracaso, siendo su mayor fan... Después de 10
años admirándolo, tuve la oportunidad de vivir una gran experiencia,
VERLO.
Si, mala fan, por no haberlo visto antes, ¿no? JÁ. A ver como vas a un
concierto de él viviendo en una isla, siendo menor de edad, y no teniendo los
medios para verlo.
Pero todo eso al fin y al cabo, tanta espera, mereció la pena. ¿Cómo lo
conseguí? Está claro, tomé la primera oportunidad. Aquí va la historia.
Yo, como gran fan, cada vez que escucho sobre una gira de Melendi por España
lo que hago es mirar su Web, mirar a dónde va y mis posibilidades de ir a
verlo. Claro que siempre coincidía que iba sólo a la península, incluso a veces
hasta maldecía vivir en esta pequeña isla. Pero por fortuna, sobre mediado de
mayo, de pura casualidad llegó a mis oídos una noticia sobre Melendi: iba a
estar dando un concierto en mi isla vecina, ¡Fuerteventura! Y no sólo era un
simple concierto, era una gran ocasión, "La Carpa de Fuerteventura",
situada en una preciosa playa con preciosas vistas y buen clima, en la que se
dedicaban durante un par de días o unas semanas (no lo tengo muy claro) a hacer
competiciones de windsurf, surf, y todo tipo de modalidades de deportes de
agua. Vamos, un bombazo. ¡Qué más podía pedir! El caso es, que como buena
adolescente que soy, rogué y lloré a mi madre sobre esta gran oportunidad que
me daba la vida, ver a Melendi en mi isla favorita, y vivir una experiencia que
toda adolescente debe vivir como mínimo una vez en su vida.
La suerte de todo esto es que mi querida madrina, a la cual admiro
demasiado, vive en Fuerteventura, así que si iba a Fuerteventura solo tenía que
preocuparme por pagar el viaje, el concierto y la comida. Además, el hecho de
irme a esta isla vecina me encanta, es tan perfecto todo, es como un sueño de
verano. Playa, sol, buen ambiente, buena gente... Pura perfección.
Ahora es cuando vino el inconveniente. Mi madre, a la cual lloré y volví
loca por semanas, no me dejaba ir. Primero decía que no tenía dinero, que no
podía irme yo sola, que ya habrían otras oportunidades... Bla Bla Bla. Imagínense,
la tristeza y furia que me dio todo esto. Primero me dio ilusiones, la típica
frase de madre "Ya veremos" que siempre acaba siendo: "Claro que
si hija". Fue con un "No" cuando mi mundo se vino abajo.
Demasiado perfecto para ser verdad, así es mi vida. Incluso una persona, que
hoy en día es innombrable en mi vida, me ofreció la oportunidad de ir con ella
y verlo juntas, y yo tan ingenua accedí por completo, pero claro, al igual que
como otro innombrable de mi vida me hacía, promete y nunca cumple.
En resumen, mis posibilidades para ir pasaron de ser un 100% a 0%. Creo que
nunca lo había pasado tan mal, con tanto sube y baja, tanta emoción contenida y
tantas lagrimas de impotencia.
Pasaron los días y me fui haciendo a la idea de que no podía ser. A modo de
desacuerdo y cabreo, me pasaba horas y horas escuchando a Melendi, a cada paso
que daba. En ese entonces, decidí hacer mis planes para esos días que querría
haber estado en Fuerteventura, por lo que planee irme a la playa con mi novio,
mi padre y su pareja. Con todas esas ideas de pasar una buena tarde al lado de
mi pareja, medio-olvidé el concierto, y me centré en disfrutar en lo seguro, lo
que tenía a mi lado. Y cuando ya estaba ilusionada… PUM! Notición.
Una noche, mi madre me llamó a su habitación, y junto a su pareja se puso a
comentarme que la hermana de su pareja compró las entradas del concierto, y que
iban a ir. Y yo, como buena hija, aún odiando al máximo a mi madre y a la
hermana de su pareja, les desee buen viaje y les dije que sacaran muchas fotos
para yo poder verlas. Pero, justo cuando me disponía a salir de su habitación
para continuar mi charla virtual con mi novio, me llamó de nuevo a su habitación.
¿Y cuál es mi sorpresa? Tenían las entradas de la carpa en sus manos. En ese
momento fue un shock, y ¿sabéis lo más triste de todo? Que en vez de gritar de
emoción, mi primera palabra fue: “Y ahora Dani? (mi novio del momento), había
hecho planes con él y con papá…” Sí amigos, una completa fracasada, jajaja. Lo
peor fue la reacción de mi madre, que por poco me mata con la mirada. Pero
bueno, pasado el shock y hecha a la idea de lo que suponía, mi sonrisa era
imborrable.
El día del viaje, el trayecto a la casa de mi madrina, el reencuentro, fue
todo perfecto. La convivencia y los días tan buenos que pasamos fue aún mejor.
Nos levantábamos temprano, íbamos a la playa y volvíamos por la tarde. Además,
entablé “amistad” con unas chicas de la zona, así que salimos por la noche,
aunque para entonces era demasiado tímida como para disfrutar. Y lo mejor, el
concierto. Ese día, pf, era increíble, no me hacía a la idea de que iba a ver a
Melendi, escucharlo en directo y poder disfrutar de él, eso sí, en compañía de
mi madre, pero que mas da, ¡ES MELENDI!
Como buena fan, inmortalicé cada
proceso de ese día, cómo me veía, cómo se veía la carpa desde metros más atrás,
cómo era la carpa por dentro, cuánta gente había minutos antes de que saliera
Melendi al escenario. Grabé su entrada, sus discursos, sus conciertos, el solo
de guitarra de uno de los músicos, grabé la emoción de la gente ante una gran
canción suya, TODO. Y, como no, me saqué fotos a mi misma ahí dentro, para que
se hiciera notar ¡QUE YO ESTUVE AHÍ!
Sinceramente, no hay palabras para describir cómo es estar ahí, hay que
vivirlo para saberlo. Es tan perfecto, una gran persona, un gran cantante, lo
tiene todo. Ante todo, es humano, una persona con los pies en la tierra, que
comenta con total libertad lo que piensa, como es el caso de la violencia y
abusos a menores, que plasma a través de su canción “La tortura de Lyss”; o su
malestar ante los políticos y gobernantes. También sobre las mujeres, tan
grandes ellas, con su canción “Auto fotos”. En resumen, perfección absoluta.
Con esta experiencia descubrí y me quedó más que claro que estos 10 años
siendo su más completa fan no ha sido en vano.
Tal y como yo tengo esta devoción
por Melendi, otros la tendrán por otros grandes artistas, pero el sentimiento
que describo es general, escuchar mil y una vez las canciones de ese
grupo/artista, sin cansarte, cantándolas, dejándote la voz, bailando como la más
loca, sintiéndote viva, inspirada y especial, sintiendo por un momento que vale
la pena no sólo vivir, sino también luchar por todo lo que quieres en la vida.
PD: les adjunto un enlace de facebook para el que quiera ver videos. Disfruten!
https://www.facebook.com/elena.ruizviera.9/media_set?set=vb.100004087260909&type=2
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